La Trashumancia
¿ QUE SON LAS CAÑADAS Y VÍAS PECUARIAS?
Las cañadas son antiguas rutas que cruzan la Meseta castellana y que permiten el paso de los ganados trashumantes que emigraban entre sus pastos de verano en las montañas del norte y centro de la Península (agostaderos) y sus pastos de invierno (invernaderos o "extremos") en los cálidos valles, dehesas y tierras bajas del sur y oeste del país. En su conjunto forman un anastomosado sistema de caminos de distinta anchura, hasta un máximo de 70-100 metros (90 varas castellanas =75,22 metros) en las cañadas reales, que conducen hacia el sur desde las principales sierras del país. Las rutas más estrechas y de menor rango se llaman cordeles, cuerdas y veredas; también hay que citar ciertos ensanchamientos dónde el ganado solía detenerse al final de cada jornada conocidos como descansaderos . Todas ellas, en conjunto, reciben la denominación de vías pecuarias. Estas vías, como se dijo anteriormente, se clasifican según su anchura de la siguiente forma: CAÑADAS, que miden 90 varas (75 metros); CORDEL, de 45 varas (unos 38 metros); VEREDA, de 25 varas (21 metros) y COLADA, de anchura variable hasta unos 4 metros. Estas medidas se fijaron por la Mesta y se mantienen vigentes por la Ley de 27 de junio de 1974.
La red de vías pecuarias se complementaba con: Abrevaderos ; pilones, arroyos o remansos de ríos donde el ganado bebía. Descansaderos ; Lugares destinados al descanso de animales y pastores. Majadas ; los lugares donde se pasaba la noche, el ganado recogido y los pastores con cobijo
Para dar una idea de su importancia baste decir que integran más de 100.000 kilómetros lineales de caminos públicos (15 veces más extenso que la red de ferrocarril, aproximadamente 450.000 hectáreas de extensión, es decir el 1% del territorio del Estado español. ), ocupando una superficie equivalente a toda la extensión de la provincia de Alicante. Se estima que casi el 40% de estos caminos han desparecido en la actualidad.
Por último, señalar, que el ganado originario que las utilizaba eran las legendarias ovejas merinas , criadas por su apreciada lana -La exportación de esta lana salvó en ocasiones a la banca nacional de la quiebra- El comercio del vellón llegó a ser tan floreciente que hubo de prohibirse en 1462 la exportación de más de las dos terceras partes de la lana esquilada cada año. La fama de la lana castellana se debía a esta raza Merina de la que se desconoce la procedencia y la fecha de introducción. Durante el siglo XVI se desplazaban unos 3 millones de cabezas mesteñas y que, dado que cada migración, en el otoño, al final del verano, desde el norte hacia el sur, de tierras altas a las bajas; y en primavera, al final del invierno, de sur a norte de las tierras bajas a las altas, duraban muchos días, a menudo meses, en que los ganados precisaban alimentarse por el camino, las cañadas más que simples caminos eran auténticos pastos alargados , a los que se añadían otras casi medio millón de hectáreas de terrenos paralelos de pastos de dominio público
Independientemente del ganado, ya fuesen vacas, caballos, ovejas o cerdos -el ganado autóctono actual está compuesto por ovejas merinas, churras y lachas; vacas retintas o sayaguesas, avileñas y cerdos ibéricos o gallegos entre otras especies oriundas-, y todos los arreos necesarios. En conjunto formaban lo que se denominaba cabaña . Esta solía estar compuesta entre diez y doce mil cabezas, todo a cargo de un mayoral . Cada millar de ovejas, con 25 mansos y 50 carneros, era controlado por un rabadán que tenía con el a dos pastores y uno o dos mancebos. Este rebaño era protegido por unos cinco mastines con carlancas , collares de pinchos en sus cuellos, como defensa contra los lobos.
El paso periódico de los rebaños fue definiendo así una densa red de caminos ganaderos o vías pecuarias, que enlazaba todas las comarcas del país. Estas vías pecuarias han perdurado hasta nuestros días como un gran patrimonio público, inalienable, imprescriptible e inembargable, reservado prioritariamente para el tránsito de los ganados
HISTORIA DE LAS CAÑADAS Y LOS GANADOS TRASHUMANTES
Según recientes declaraciones de Jesús Garzón, responsable del Proyecto 2001 del Fondo de Patrimonio Natural Europeo en nuestro país, la trashumancia, en nuestra Península, habría comenzado hace unos 15.000 años, a finales de la Era Paleolítica. Al acortarse, cada vez más, los períodos de frío,, los animales se iban desplazando más hacia el norte conquistando territorios y estableciendo rutas migratorias en función del tiempo frío o caluroso. El hombre al se cazador, paso también a emigrar con los animales, haciéndose trashumante.
No obstante, el origen conocido de la trashumancia se remonta a tiempos de la reconquista en los que se fueron consolidando los desplazamientos de las cabañas de los cristianos. Durante el reinado de Alfonso VIII se dictaron disposiciones relacionadas con el desplazamiento de ganado.
Es a partir de la Edad Media cuando se conforman en España definitivamente los tres grandes sistemas de vías pecuarias o caminos reales de ovejas . Es también en dicha época cuando se constituye el Honrado Concejo de la Mesta o más simplemente la Mesta , como organización poderosísima de propietarios y pastores de ganados de ovejas merinas emigrantes que cuidaba de su crianza y pastos, así como de la venta para el común abastecimiento; el rey castellano Alfonso X, en pleno siglo XII, la confirma en sus privilegios por real cédula. Aquellos privilegios y otros posteriores fueron truncándose progresivamente en impopulares y causa de su supresión a pesar del beneficio que la Mesta supuso en el desarrollo de la ganadería, especialmente de la lanar merina.
Dichos privilegios, considerados abusivos por muchos autores les colocaban por encima del resto de ganaderos propietarios de cabezas estantes y de los agricultores con quien tuvieron numerosos conflictos. Así los propietarios de las dehesas donde invernaban estaban obligados a alquilar sus pastos a estos ganados sin poder modificar el precio de los arriendos ni cancelarlos. Un complejo conjunto de funcionarios, alguaciles, etc. vigilaba el cumplimiento de las normas y, en especial, la integridad de las cañadas, la conservación de su amojonamiento y anchura, etc.
"El Concejo de la Mesta eximía del servicio militar y de testificar en los juicios a los pastores; a la vez que les otorgaba, aparte del sueldo, veinte de cada 100 crías y para evitar abusos, cada hato de 400 ovejas podía tener, como máximo, un pastor y dos mancebos, uno de ellos de 16 años de edad. Los tratados de pastos y pastores se cerraban, por tradición, en el solsticio de verano: el 24 de junio, día de San Juan. Poco antes de la trashumancia se realizaba el esquileo , entre abril y mayo. Hay que reseñar como dato curioso, que cada rebaño tenía derecho a un quintal de sal y sólo debía respetar las cinco cosas vedadas: dehesas, trigales, viñedos, huertos y prados de siega. La reglamentación propia de la trashumancia estipulaba que cualquier litigio sobre arriendos, propiedades, reses extraviadas o abusos se tenían que plantear ante las asambleas, juntas o concejos de la Mesta, que se convocaban dos veces al año, en enero o febrero en las áreas de invernada. Se consideraban válidas si estaban presentes al menos 40 ganaderos. Tenían derecho a voto hombres y mujeres propietarios de al menos 50 ovejas. Los nombramientos se hacían por sorteo".
Sin embargo, esta historia es mucho más remota, milenaria con seguridad, ya que las cañadas reales en realidad seguían trazados anteriores, prerromanos y probablemente neolíticos, de forma, que la Edad Media lo que hizo fue crear tan sólo un aparato administrativo y burocrático. Dichas formas pastoriles neolíticas se prolongarían, sin apenas modificaciones sustanciales durante las épocas clásicas y medievales para ir declinando durante la Edad Moderna y la Contemporánea.
La decadencia prosiguió hasta que en el trienio liberal (1820-1823), es abolida la Mesta. En los años siguientes no se restaura pero continuó existiendo. El enfrentamiento era tan grande que en 1924 se conceden armas gratuitas a los pastores para defenderse. En 1829 desaparece de manera formal y definitivamente en 1936.
Desde entonces el patrimonio de la Mesta ha sufrido un deterioro propio de la ausencia de ganado y de apropiaciones ilícitas por parte de particulares y de la propia administración a pesar de las grandes dificultades muchos tramos siguen siendo utilizados para su fin original. En la actualidad, las Comunidades mas afectadas, comienzan a legislar conscientes de la necesidad de proteger este inmenso patrimonio.
A lo largo de estas rutas antiquísimas se conservan vestigios de las principales culturas ibéricas, dólmenes y verracos, abrevaderos, fuentes y castros, calzadas, puentes, santuarios y ermitas, ventas, pueblos y ciudades. Muchas de las calles principales de nuestras poblaciones son aún vías pecuarias (Madrid, la Cañada Real de la Puerta del Sol), por las que durante siglos han transitado los pastores con sus rebaños. Desde el Siglo XIII hasta prácticamente el Siglo XIX, más de cinco millones de cabezas de ganado, principalmente ovejas merinas, se trasladaban cada primavera y cada otoño por las cañadas entre el norte y el sur de la península ibérica, propiciando así unas relaciones norte-sur de enorme importancia económica, cultural y social.
La herencia que nos ha legado es un valiosísimo sistema de caminos públicos que cubren una extensión equivalente al uno por ciento del total del territorio nacional. La trashumancia , es decir: la migración bianual desde las tierras altas y frías del norte a las bajas y cálidas del sur, y vuelta, era la forma más eficaz de mantener una enorme cabaña ganadera de ovejas de lana (merinas) con el único aporte de los recursos naturales propios; los pastos de las cumbres en verano, tras el deshielo y los prados de las dehesas y valles en invierno, tras el reverdecimiento de la otoñada.
Si en el invierno se ponen al descubierto, frescos y jugosos, los cepedales de las cumbres, esos momentos los herbazales del llano están secos y agostados. Y a la inversa, en el invierno, cuando se vuelven inaccesibles, los pastos de altura, cubiertos de nieve, los del llano están rebrotando tras las primeras lluvias del otoño. El sistema de emigraciones llamado trashumancia no hacia sino acoplar sus desplazamientos a esta alternancia bioclimática. La cría de ovejas trashumantes llegó a significar para la economía española más que el olivo, la viña, el cobre, y más incluso que los tesoros del Perú. La trashumancia no acababa en el reino castellano sino que implicaba ciudades mercado como Segovia, negociantes genoveses que adquirían la lana por adelantado y que, como los florentinos, contaban con tinas propias para preparar el vellón, los transportistas de las balas de lana, las flotas que partían de Bilbao rumbo Flandes, o las expediciones desde Alicante o Málaga hacia Italia. Todo esto constituía el amplio contexto de la trashumancia castellana.
¿CUALES SON LAS VÍAS PECUARIAS?
Principales Cañadas Reales:
-Cañada Real de la Plata o Vizana (500 Km.).
-Cañada Real Leonesa Occidental (700 Km).
-Cañada Real Leonesa Oriental (700 Km.).
-Cañada Real Segoviana (500 Km.).
-Cañada Real Conquense (350 Km.).
-Cañada Real del Reino de Valencia (250 Km.).
-Cañada Real Galiana (400 Km.).
-Cañada Real Soriana Oriental (800 Km.).
-Cañada Real Soriana Occidental. Tiene un peculiar trazado diagonal distinto al de las demás, atravesando otras cañadas en su recorrido entre Soria y Extremadura. Cruza la Galiana a la altura de la sierra de Cabrejas (Soria), La Segoviana en el puerto de Somosierra, la Leonesa Oriental en Sancho Reja (Ávila) y la de la Plata en San Esteban de La sierra cerca de Béjar en Salamanca. Tiene cerca de 700 Km. de recorrido de los cuales se ha perdido el 20%.
Hay tres grandes sistemas de vías pecuarias: La Central o Segoviana, la Occidental o Leonesa y la oriental o de la Mancha . La segoviana era también conocida como Andaluza o Soriana. Las dos primeras penetran ampliamente en el territorio de la actual Comunidad de Madrid pues es una de las provincias de mayor densidad de vías pecuarias, debido a su estratégica posición al sur del Sistema Central. Ambas poseen en la misma tramos muy importantes, obligadas como están a trasponer el Sistema Central por sus pasos naturales.
La Cañada Leonesa , partía de las tierras altas del mediodía leonés, atravesando Zamora, Salamanca y el Sistema Central por Béjar. En este último punto, se unía con un ramal del sistema segoviano que provenía de Logroño (Cameros), Burgos, Segovia y Ávila (Parameras). Desde estas altas y frías tierras, la cañada descendía a los invernaderos de Extremadura, atravesando Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz, bifurcándose en varios ramales que escoltaban a los dos grandes ríos meseteños, el Tajo y el Guadiana. Algunas derivaciones, al llegar a la frontera con Portugal, penetraban en aquel país en busca de las dehesas del Alentejo y el Algarve interior. En la Comunidad de Madrid penetra este sistema trasponiendo el sector occidental de la Sierra del Guadarrama, por las dehesas del Escorial y Galapagar, y saliendo por el oeste en el ámbito del Alberche y del Cofío
El Sistema Segoviano , además de formar parte importante de la red anterior, partía de las tierras altas de Segovia y la Rioja (Los Cameros), cruzaba los importantes pastos del páramo soriano, trasponía la vertiente Norte del Guadarrama y penetraba en Madrid, extendiéndose a lo largo de su divisoria meridional. Esta arteria, que era, sin duda, la principal, es también la más representada en territorio madrileño. Por ella discurrían millones de animales cada año que invernaban en los llanos y valles de Talavera, Guadalupe. Almadén y el feraz Valle del Guadalquivir, de esta ruta viene el lema de Soria, pura, cabeza de Extremadura . El tercer sistema, la ruta oriental o manchega , no penetra en la Comunidad de Madrid. Enlazaba las tierras altas o frías de Cuenca o Aragón (Las Bardenas) con el Alto Guadalquivir en Cazorla, a través de La Mancha, acabando en las zonas altas, pero cálidas, de Murcia.
LAS RUTAS TRASHUMANTES EN MADRID
La Ley 8/98, de vías Pecuarias de la COMA, en su preámbulo expone: "El conjunto formado por las cañadas reales y demás vías pecuarias españolas constituyen un patrimonio histórico único en Europa y en el mundo. Dentro de ese conjunto, Madrid, centro geográfico peninsular que participa de lo serrano y de lo manchego, es también encrucijada de grandes vías trashumantes y cuatro de aquellas cañadas reales intercomunitarias atraviesan su territorio; hasta tal punto las cañadas reales y vías pecuarias han desempeñado y siguen desempeñando un papel de singular relieve, que desde la Baja Edad Media, constituyen un referente inequívoco para la historia de Castilla y de nuestra Comunidad como lugar de encuentro de ambas Castillas. La Comunidad de Madrid es recorrida además por gran número de otras vías pecuarias que sumadas a las primeras totalizan cuatro mil kilómetros de longitud y más de trece mil hectáreas de superficie.
La tendencia actual de la política de la Unión Europea, propugnada por la reciente Declaración de Cork (noviembre de 1996) y defendida por la Carta Verde del Espacio Rural Europeo del Consejo de Europa (1995), es la de considerar al mundo rural como un ámbito dotado de tres funciones básicas: la agro-ganadera y forestal que siempre ha tenido y a la que se añaden ahora la medio ambiental y la socio cultural, debiéndose destacar que el árbol y el bosque sirven a esas tres finalidades por lo que bien merecen una especial atención. Por todo ello constituye un deber inexcusable de las Administraciones Públicas el fomento y la adecuada conservación del Patrimonio que constituyen las cañadas reales y vías pecuarias, vinculando dicho Patrimonio a un modelo de desarrollo sostenible para las zonas rurales".
La Provincia de Madrid posee un tercio septentrional absolutamente dominado por el ambiente serrano que le concede la Sierra de Guadarrama, que actúa de divisoria con las tierras segovianas y abulenses. La trashumancia, en lo que afecta a nuestra provincia, es un asunto entre uno y otro lado de la sierra. Se comprende que las cañadas, cordeles, veredas y demás vías pecuarias migratorias que en los llanos siguen el trazado de los grandes ríos como el Guadiana, el Tajo y el Guadalquivir, en el terreno abrupto de la montaña se concreticen aun más si cabe, condicionados por los pasos viales: collados, trochas y cuerdas. Nuestras cañadas "salen" hacia los extremos occidentales y meridionales, y " entran" provenientes del sistema central a la altura de la provincia madrileña, este sistema se desdoble en dos alienaciones: la línea de cumbres principal de Guadarrama y un pequeño escalón previo meridional que forma la diminuta sierra de Hoyo y la alineación del Cerro de San Pedro. El paso de las cañadas por estos terrenos serranos se manifiesta mas patente y definido que en los llanos manchegos del centro y sur provincial. Nadie ignora que la Gran Vía madrileña y parte de la autopista de circunvalación a Madrid, M- 30, en su trazado aprovechando la cuenca del arroyo Albroñigal, son sendas cañadas reales; sin embargo, escasamente nadie, previamente apercibido, notaria tal hecho por la simple observación. En cambio, las cañadas serranas del norte, se manifiestan netas y claramente escoltadas y delimitadas por los clásicos muretes de mampostería, conocidos como vallas y que siguen trazados que aprovechan maravillosa y simultáneamente los pastos disponibles y los accesos y los pasos mas viables y fáciles. Madrid, ciudad híbrida que participa de lo serrano y lo manchego, era encrucijada de vías trashumantes, a medio camino entre los invernaderos de extremos y los agostaderos de origen. Madrid está dónde está, entre otros hechos, merced a esa posición ganadera estratégica.
BREVE SÍNTESIS DE LEGISLACIÓN SOBRE VÍAS PECUARIAS
La Mesta y el Antiguo Régimen. La Mesta se vincula al Antiguo Régimen por ser una institución que garantiza los privilegios de los ganaderos frente a los de los agricultores, y porque se mantiene con el apoyo real de la Monarquía castellana, para la cual la Mesta era una fuente de ingresos y un instrumento homogeneizador del régimen agrario castellano frente a las peculiaridades locales, además de ser una vía indirecta para atraerse a los principales ganaderos: nobles e instituciones eclesiásticas.
ATRIBUCIONES DEL HONRADO CONCEJO DE LA MESTA. A.- Organizar el proceso de la Transhumancia. Las condiciones de desarrollo del proceso se establecían en sendas reuniones en los llamados Agostaderos e Invernaderos. Berlanga de Duero en Soria y la comarca de la Serena e Badajoz eran lugares de reunión de las Juntas Generales. El 25 de abril comenzaba la Junta de Primavera y el 5 de octubre, la de otoño. Duraban 15 días entre celebraciones religiosas, la VIRGEN DE GUADALUPE era su patrona, ferias, comedías, corridas de toros , y ...Asambleas. En estas asamblea se votaban los acuerdos y se decidía la política económica. Entre los acuerdos más importantes estaban: el reparto de los asientos, la prohibición de portar armas, las condiciones para considerar a alguien con derecho a voto, etc, etc.
B.- Mantenimientos de las Vías Transhumantes. Las CAÑADAS, las VEREDAS, los CORDELES debían estar señalizados con MOJONES. En ellos se indicaba la categoría de la vía, su anchura, etc. Tenían que estar expeditas, libres de cultivo y de obstáculos, especialmente construcciones. La reparación y mantenimiento de los PUENTES SOBRE LOS CURSOS DE AGUA era tarea prioritaria. Las ovejas se ahogan al cruzar los ríos y arroyos al empaparse de agua sus vellones y hundirse por el peso. Gracias a esta preocupación se nos han conservados antiguos puentes sobre CALZADAS ROMANAS y por las RUTAS DE PEREGRINACIÓN MEDIEVALES. Vias que de un modo u otro estuvieron asociadas a los procesos Transhumantes. C.- Solución de Conflictos. Los problemas con que se enfrentaban eran muy numerosos. Los más importantes eran:
- El robo y la apropiación de los animales perdidos o rezagados por agricultores o por otros pastores. - Problemas con los campesinos por la invasión de las TIERRAS DE LABOR ("DE PAN LLEVAR"), HUERTAS, VIÑAS Y SEMBRADOS. Los labriegos estaban en constante enfrentamiento con los pastores y desaconsejaban a sus hijas el matrimonio con ellos: " No te cases con pastores /que son brutos y animales/ oyen misa en los corrales /y comen en los calderos." Los pastores les reprochaban la constante invasión y roturación de sus vías, el robo de sus ganados y diversas violencias sobre las personas y las cosas.
- Enfrentamientos con los nobles, que querían cobrar impuestos por los pasos de sus señoríos, o se oponían al paso de los ganados por Enfrentamientos con otros nobles, monasterios y hasta con el mismísimo rey de Castilla D. JUAN II
D .- La Negociación con la Corona sobre el montante de los impuestos. La actividad mesteña era una actividad esencialmente Fiscal por lo fácil que le resultaba a la corona imponerlos y cobrarlos. EL SERVICIO DE MONTAZGO Y PORTAZGO, LAS HIERBAS, LAS ALCABALAS, ETC. ERAN LOS IMPUESTOS MÁS IMPORTANTES. Consistían en la imposición de un precio por cabeza. Los VEEDORES REALES Y MUNICIPALES se limitaban a situarse en lugares estratégicos LOS PORTAGOS Y LOS PUENTES, contar minuciosamente las cabezas de ganado y cobrar en el acto las cantidades resultantes.
La política liberal respecto a la Mesta y las vías pecuarias hasta el Real Decreto del 3 de marzo de 1877 Se caracteriza por acabar con los privilegios corporativos:
-1836: Abolición definitiva de la Mesta. Sustituida por la Asociación General de Ganaderos (A.G.G.), unificándose los intereses de los ganaderos trashumantes con los del resto de ganaderos.
-Sucesión de reales decretos caracterizados por la progresiva asunción por parte de la Administración Publica de las tareas de control y vigilancia de la red viaria pastoril. No se trata de una legislación especialmente agresiva.
-1836: Alcaldes Municipales. Los alcaldes sustituyen a los alcaldes de la Mesta en las funciones que desempeñaban de acuerdo a los reglamentos vigentes del ramo de ganadería.
-Década Moderada: Procuradores Fiscales. De 1843 a 1854 se consolida la A.G.G. En las leyes 5ª y 11ª título XXVII, libro VII de la Novísima Recopilación se afianzan las competencias de la A.G.G. estableciéndose además un Procurador Físcal principal de ganadería y cañadas que coordina a los Procuradores Fiscales que supervisan los puntos en que cruzan las principales cañadas y vigilan la conservación y el libre uso de las mismas y el mantenimiento de los derechos de los ganaderos.
-1877: Visitadores de partido. En el R.D. del 3 de marzo de 1877 se plasma el Reglamento para el régimen de la A.G.G. y el capítulo 9 lleva el título de "De los Visitadores de Partido extraordinario de cañadas y trashumación". Sus funciones son defender a la Corporación, arbitrar litigios de deslindes y realizar una relación descriptiva de las vías pecuarias existentes en su distrito. También había Visitadores de trashumación que recorrían las cañadas en las épocas de la trashumancia para proteger la marcha de la cabaña.
Real Decreto del 3 de marzo de 1877. Caben destacar los siguientes puntos: Se reglamenta la Asociación General de Ganaderos. Tiene un carácter proteccionista respecto a las vías pecuarias.
-Indica la tipología de las vías pecuarias: Cañada, Cordel, Vereda, Colada, ...
-Señala el procedimiento para deslindar las vías pecuarias cuando han sido interceptadas o estrechadas.
Real Decreto del 30 de agosto de 1917. Se reconoce a la Asociación General de Ganaderos el doble carácter oficial y particular.
Real Decreto del 23 de diciembre de 1944. Recoge de nuevo la tipología de las vías pecuarias y abre las puertas a su enajenación y venta.
Ley de vías pecuarias de 1974 y Reglamento de aplicación de 1978 Destacamos estos puntos:
-La competencia de las vías pecuarias pasa al ICONA.
-Se mantiene la posibilidad de enajenación y venta.
Ley del 23 de marzo de 1995. La actual ley sobre vías pecuarias tiene un carácter nacional. Las distintas Comunidades Autónomas están desarrollando los Reglamentos que adapten la misma a la realidad de su Comunidad. La Comunidad de Madrid se encuentra inmersa en ese proceso existiendo ya un borrador de Reglamento que nosotros hemos conseguido.
En la Ley del 23 - III - 95 tiene especial interés el capítulo III, "Desafecciones y modificaciones del trazado", que en el artículo X continúa abriendo la puerta a la retirada del dominio público de los terrenos de vías pecuarias que no sean adecuados para el tránsito de ganado, competencia ésta que quedará en manos de las Comunidades Autónomas.
LAS CAÑADAS Y SU FUNCIÓN ECOLÓGICA
MONUMENTO A LA TRASHUMANCIASomos hijos de héroes que nunca conocieron su condición de héroe. De hombres que escribían epopeyas anónimas. De sencillos pastores que cruzaban montañas con pasos de gigante. De ellos descendemos. Parecían de bronce pero eran de carne, de la materia terca del dolor y los sueños. Sentían la fatiga, la sed de los eriales, el hielo de las cumbres, la ausencia de los suyos. Pero iban alegres a los pastos de invierno, sin volver la mirada, la canción en los labios. Después, las noches largas, los aullidos cercanos, las madrugadas frías y el rosicler de hembra que tiñe el horizonte de tibias añoranzas. Otra nueva jornada para medir la tierra, el corazón, la sangre.
Delante, las ovejas con la cabeza gacha, las dóciles merinas de cuya lana surgen catedrales, palacios. Al lado, los mastines con sus grandes carlancas, vigilantes y fieles en las lunas de lobo. Encima, el sol, la lluvia, las noches estrelladas, el cielo prometido. Y debajo, la tierra, la gravedad oscura que tira de las piernas sin detener la marcha. Vivir fue siempre eso: Crecer contra la tierra que tira de nosotros, crecer como los árboles, ser troncos que caminan, montañas que resisten. Seguir, paso tras paso. Pasar, dejar la huella que pronto será polvo...
De polvo nos crearon igual que a las montañas. Somos polvo que sangra. Y polvo que se yergue, y polvo que trashuma a dehesas de sueño con rebaños de humo. Otros hombres hicieron el camino que hacemos. Nuestra huella se pierde, mas el camino queda.
También en sus aspectos ecológicos ha tenido la trashumancia gran trascendencia, pues permite aprovechar de forma óptima recursos naturales complementarios con un mínimo gasto energético, ya que el ganado se desplaza por sí mismo, paciendo las hierbas de las cañadas. Aunque la trashumancia es una práctica común en muchos pueblos ganaderos de todo el mundo, ha tenido especial importancia en la Península Ibérica debido a nuestro peculiar clima y orografía: una larga sequía desde mayo hasta octubre y dos grandes mesetas centrales, que separan cientos de kilómetros las zonas montañosas del norte -verdes durante el verano pero cubiertas por la nieve en el invierno- de los valles del sur -yermos durante el verano pero muy fértiles y productivos durante la época invernal-.
El aprovechamiento ganadero trashumante impidió que muchos terrenos fueran roturados, evitando con ello la erosión de suelos muy frágiles en amplias zonas de la Península. No obstante, la Mesta impedía el desarrollo de la agricultura en una época en la que se demandaban terrenos aptos para el cultivo agrícola, debido al incremento de la población. Esto indujo a los gobernantes a suprimir la Mesta en lugar de reformarla. Fue durante el reinado de Carlos III y concretamente durante la presidencia de Campomanes. Tras la supresión de la Mesta, comienza el cultivo extensivo e intensivo haciendo retroceder a los montes, relegándolos a los lugares más alegados de las poblaciones, a los altos y montuosos parajes serranos, casi improductivos. Robledales, pinares y encinares fueron talados y roturados en beneficio de la agricultura, convertidos en las denominadas "tierras de pan llevar". El posterior fracaso agrícola trajo consigo el abandono de aquellos terrenos, quedando convertidos en páramos desarbolados. El pastoreo del ganado es fundamental para activar la fertilización del terreno, abonándolo con su estiércol e incorporando materia orgánica que favorece la infiltración del agua en profundidad y evita la erosión, limitando el desarrollo excesivo del matorral y contribuyendo al control de los incendios forestales. En los paisajes "en mosaico" modelados por los usos ganaderos extensivos, los pastizales constituyen además eficaces cortafuegos, y contribuyen a la gran riqueza biológica de nuestros ecosistemas. La diversidad de plantas en estos pastos naturales es de las más altas que se conocen en el mundo, con más de 40 especies distintas por cada metro cuadrado de terreno. De ellas depende también una gran abundancia en invertebrados y pequeños vertebrados, como liebres y conejos, de los que se alimentan a su vez especies tan amenazadas como el Lince Ibérico o el Águila Imperial.
La trashumancia favorece también la supervivencia de las aves de llanura más sensibles, como Avutarda, Sisón, Ganga, Ortega, Alcaraván, Canastera, etc. que pueden reproducirse así durante la primavera y el verano sin peligro de que sus nidos o pollos sean destruidos por el ganado. Del flujo y reflujo periódico de los rebaños depende en gran medida la supervivencia de otros depredadores y carroñeros amenazados, como Osos y Lobos, Buitres negros, Buitres leonados, Alimoches y Quebrantahuesos.
Las rutas trashumantes, por último, constituyen corredores naturales entre el norte y el sur de la Península, que han contribuido al mantenimiento de la extraordinaria biodiversidad ibérica, sirviendo de "pasillos verdes" para la dispersión de numerosas especies y enlazando los diversos ecosistemas entre sí. Este carácter de red ecológica de las cañadas tiene una importancia crucial hoy en día, cuando la fragmentación de los hábitats por nuevas urbanizaciones, carreteras, autopistas, trenes de alta velocidad, embalses y otras infraestructuras constituye una gravísima amenaza para la supervivencia de muchas especies.
Pero el abandono progresivo de la trashumancia tradicional desde principios de este siglo, debido al transporte del ganado en ferrocarril y en camión, está provocando ahora la destrucción de las cañadas, la desaparición de las culturas pastoriles y la degradación de muchos ecosistemas. La recuperación de la trashumancia entre el norte y el sur de España, fomentando la conservación de las cañadas y de las razas autóctonas de ganado, generando empleo en el campo y destacando su importancia social, cultural y ecológica, es el objetivo prioritario del Proyecto 2001, que financia para ello a los ganaderos colaboradores. Recapitulando: El hecho de que se quiera recuperar la trashumancia no es un capricho ni una casualidad. Piense...... Antiguamente era la forma más eficaz de mantener una enorme cabaña ganadera de ovejas de lana con el único aporte de los recursos naturales propios. Hoy en día la trashumancia no es ni mucho menos algo arcaico útil para estudiosos del tema, sino que puede ser el mejor método para asegurarnos la riqueza biológica de las razas ovinas autóctonas y para evitar la pérdida de la red de caminos naturales más importante. Para que se entienda mejor....... téngase en cuenta que el ganado trashumante se alimenta de lo que encuentra en el camino: hierbas, estiércol, pastos, rastrojos sin quemar... Vamos, nada remotamente parecido a la alimentación industrial que últimamente traen locas a las vacas. Por eso, los alimentos que producen tienen una calidad ecológica superior, y eso es cada vez más apreciado por los consumidores actuales. Además, la trashumancia reduce la erosión de los suelos y los fertiliza porque los abona con estiércol.
SENDERISMO Y BTT EN LAS CAÑADAS MADRILEÑAS
La Comunidad Autónoma de Madrid tiene catalogadas 1.796 vías pecuarias que suman alrededor de 4.200 km., y tiene protegidas más de 100.000 hectáreas ( casi un 12% de su territorio. Desde hace tiempo la administración autónoma realiza actuaciones para la recuperación de nuestras cañadas y destinarlas a un uso cultural. Un ejemplo de ello es el Plan Vías Natura integrado en la Red Natura 2000. Para obtener mayor información sobre las Cañadas Reales (itinerarios detallados, mapas, planos, inventarios de fauna y flora, etc.) la Librería de la Comunidad (calle Fortuny, 43; Madrid) ha editado tres libros con estos mismos títulos.
CAÑADA REAL SEGOVIANA
Atraviesa la Comunidad de Madrid desde el Puerto de Somosierra al hoy pueblo de Collado-Villalba, desde donde continua por el sur dividida en numerosos ramales. Del norte de la provincia de Segovia, llegaba a Talavera de la Reina, donde se unía a la Leonesa, y juntas seguían a buscar los pastizales de Extremadura y Andalucía occidental. La podremos recorrer de Sur a Norte en varias etapas.
1ª ETAPA: COLLADO VILLALBA- MANZANARES EL REAL De 17 Km (5 horas aproximadamente de camino), atravesando las tierras de Moralzarzal, Cerceda, el río Samburiel y El Boalo
2ª ETAPA: MANZANARES EL REAL- MIRAFLORES DE LA SIERRA De 15 Km (unas 4 horas de camino), por entre La Pedriza y el Embalse de Santillana, hasta tierras de Soto del Real; se atraviesa el camping La Fresneda, el arroyo Mediano y el río Miraflores, hasta llegar a este pueblo.
3ª ETAPA: MIRAFLORES DE LA SIERRA- VALDEMANCO De 14 Km (unas 4 horas de camino), a través del término municipal de Bustarviejo, que se cruza por el mismo centro de la población.
4ª ETAPA: VALDEMANCO- BUITRAGO DE LOZAYA De 13,500 Km (unas 3,5 horas, más o menos) sigue por los términos de Garganta de los Montes, Gargantilla de Lozoya y Lozoyuela.
5ª ETAPA: BUITRAGO DE LOZOYA-SOMOSIERRA De 14 Km (4 horas casi, de ruta) a través de lo términos municipales de Gandullas, Piñuecar, Aoslos, La Serna del Monte, La Acebeda, Somosierra, hasta el límite provincial con Segovia, en lo alto del puerto.
CAÑADA GALIANA O RIOJANA
Nacía en sur de la Comunidad de La Rioja para terminar en el Valle de Alcudia de Ciudad Real. Penetra en la Comunidad de Madrid por la provincia de Guadalajara, mediante dos ramales que confluyen en Ajalvir, saliendo hacia Toledo por Torrejón de Velasco.
RAMAL 1 1ª ETAPA: RIBATEJADA- DAGANZO DE ARRIBA De 18 Kms (4,5 horas de camino aproximadamente) atravesando las tierras de Fresno de Torote, desde Ribatejada a Daganzo de Arriba.
2ª ETAPA: DAGANZO DE ARRIBA-SAN FERNANDO DE HENARES De 16 Kms (4 horas de camino) por tierras de Ajalvir, Paracuellos de Jarama y Coslada.
RAMAL 2 ETAPA UNICA: MECO-SAN FERNANDO DE HENARES De 25 Kms (5,5 horas de camino) desde el límite provincial con Guadalajara, en Meco, por Camarma de Esteruelas, Alcalá de Henares, Torrejón de Ardoz y Ajalvir.
ITINERARIO UNIFICADO 1º ETAPA: S. FDO.DE HENARES- PERALES DEL RIO (GETAFE) De 20 Kms (4,5 horas de camino) por tierras de Madrid (distritos de Barajas, Vicálvaro y Vallecas Villa) hasta Perales del río (pedanía de Getafe)
2ª ETAPA: PERALES DEL RIO-TORREJON DE VELASCO De 26,5 Kms (5,5 horas de camino), atravesando Pinto y su término municipal, hasta el límite provincial con Toledo.
CAÑADA LEONESA
Esta Cañada partía de los Montes de León y cruzaba las dos Castillas hasta que en Talavera de la Reina se unía con la Segoviana. Su paso por Madrid es corto, pero espectacular: desde Cercedilla (Puerto de la Fuenfría), hasta el Collado del Arcipreste de Hita, muy cerca del Puerto de Guadarrama, o Alto de los Leones.
ETAPA ÚNICA.:: PUERTO DE LA FUENFRÍA - COLLADO DEL ARCIPRESTE DE HITA
Trayecto de 10 Km. a cubrir en 3 h. que desciende por el valle de la Fuenfría hasta cruzar Cercedilla; continúa por la izquierda de Los Molinos y asciende a Tablada (apeadero de Renfe), y llega hasta Segovia por el Collado del Arcipreste de Hita.
RESUMIENDO
En los siglos XIII al XIX, los ganados de las zonas frías y montañosas de la península se trasladaban de un lugar a otro de su geografía, en una búsqueda permanente de pastos estivales e invernales, en un desplazamiento denominado "trashumancia".
La Trashumancia .: El régimen trashumante es una derivación del nomadismo y se practicaba en los países en que la falta de humedad general da origen a pastos de invierno en las tierras bajas y a pastos de verano en las montañas, inaprovechables en la temporada invernal. Como estos pastos de montaña, por razones obvias, no se pueden cultivar, la mejor solución es llevar a ellos los ganados que disfrutan así de un adecuado clima en cada estación climática. Este fenómeno de la trashumancia, que en pequeña escala, se da en todos los países, adquiere una mayor importancia en la zona mediterránea y especialmente en la Península Ibérica, principalmente cuando Alfonso X estableció las cañadas reales.
La Mesta.: Era la reunión de los dueños de ganados mayores y menores, que cuidaban de su crianza y pasto, y vendían para el común abastecimiento.
La tradición ganadera de España es antiquísima; pero la organización pastoril tuvo su origen en las asambleas locales que se remontan a los siglos V y VI, durante la dominación visigótica, y perduran en toda la Edad Media.
Estimada en esa época, la ganadería, como base de la economía nacional, obtuvo grandes privilegios, y se vio aún más favorecida al disponer, tras la Reconquista, de mayores extensiones de tierras yermas. En el siglo XII, las asambleas locales de ganaderos reciben el nombre de mixta o mesta . La mas importante fue la de Soria, promotora de la organización a nivel nacional. Alfonso X reunió a los ganaderos de Castilla en una Asociación que se denominó Honrado Concejo de la Mesta de Pastores (1.273), cuyos privilegios fueron más y más atacados por los agricultores a medida que iba adquiriendo desarrollo. Alcanzando su máximo apogeo en el siglo XVI, del que fue exponente el célebre Ordenamiento del Concejo de la Mesta (1.511) , que favoreció a las cabañas extremeñas, leonesa y manchega.
La Mesta, monopolizó el comercio de lana, tan abundante, que gozó de libre exportación y daba salida al producto a través del Consulado de Burgos (creado en 1494) y por los puertos del Cantábrico con destino a Inglaterra y Flandes. Luego, con el descubrimiento de América, adquirió el comercio lanero gran importancia. En 1526, según datos del propio Concejo de la Mesta, se alcanzó la cifra de 3,5 millones de cabezas de ganado. A partir de 1560 se inicia la decadencia. Los agricultores arrecian en sus ataques hasta conseguir la supresión de la Mesta en 1786.
En definitiva: El impulso económico y social de este movimiento ganadero fue favorecido por el estado, constituyendo la organización de la Mesta, que legisló sobre los pastos y los caminos, trazando rutas, dormideros, esquiladeros, corrales, etc. A pesar de estar en desuso, los caminos y cordeles mantienen su privilegio de paso franco y pueden recorrerse en la actualidad, rememorando los vestigios de la forma de vida rural e itinerante de otras épocas y percibir su contenido histórico, monumental y paisajístico.
LA TRASHUMANCIA
En libertad, el ganado se desplaza continuamente en busca de mejores pastos; sometido al hombre es este el que se preocupa de favorecer la tendencia natural y de asegurar a sus ovejas, cabras o vacas pastos para el invierno y el verano. Surge así la costumbre de las migraciones semestrales. Que en la península se remonta al tiempo de los godos, e incluso con toda probabilidad al tiempo de los aborígenes iberos, cuyos pastores andariegos prestaron valiosa ayuda a los cartagineses en sus marchas a través de España. La verdadera causa que obligaba a la migración ganadera, se apoyaba en los rudos contrastes topográficos y climáticos que hacían necesario el cambio semestral.
En la búsqueda de pastos, las fronteras políticas no fueron obstáculo insuperable como lo demuestran los acuerdos firmados por Segovia, Avila y Escalona, entre otros. Este sentido tambien se observa en la política de adquisición de tierras que realizan algunas órdenes militares. Menos afortunados y obligados a compaginar agricultura y ganadería dentro de sus términos municipales, los concejos buscan una salida a la ampliación del territorio, a costa de los musulmanes o en perjuicio de los concejos limítrofes. Los conflictos por el aprovechamiento de los pastos llegarian a ser numerosos como consecuencia de la aspiración a ser sutosuficientes, a disponer de tierras propias desde la montaña a los valles sureños."Por razones económicas y militares(J.L Martin, Cuadernos de Historia 16, nº 7)-es preciso defender con las armas el ganado, y solo quienes tienen medios pueden hacerlo-, los mayores propietarios del ganado son los manasterios-iglesias, los grandes nobles y, desde el siglo XI, los caballeros de los concejos surgidos a lo largo del valle del Duero. Estos crean e impulsan las mestas locales o agrupaciones de ganaderos. Las constantes, escaramuzas, roces, pleitos y luchas por los pastos y los tributos abusivos que se exigian acabo por hacer ver la necesidad y el interés de lograr acuerdos de carácter general y para todo el reino. Este proceso culmino con la creación del Honrado Concejo de la Mesta, al ordenar , Alfonso X, que en cada villa o tierra de las Ordenes militares se fijara un lugar y sólo uno para recaudar el montazgo en la siguiente proporción: dos vacas o su valor, ocho maravedís, por cada mil; dos carneros o un maravedí por cada mil ovejas, y dos cerdos o veinte sueldos por cada millar de puercos, dejando a elección del dueño el pago en animales o en dinero."
EL GANADO TRASHUMANTE
Con diversas denominaciones, se designaba al ganado trashumante, nombres de ganados "cañariegos", "caminates", "pasantes", o "pasajeros".
La palabra "merina", aplicada a las ovejas o a la lana, no aparece en Castilla hasta mediados del siglo XV. El nombre no parece generalizarse hasta el siglo XVII. La opinión más aceptable, según Klein, es que proviene del movimiento beréber de España, los Beni_Merines, durante el período Almohade. Contribuye a ello el hecho de que la mayoría de la terminología pastoril de España es árabe. Parece razonable suponer que muchas especialidades de la industria ganadera fueron introducidas en la península ibérica por los árabes. Más tarde, a raíz de las investigaciones de R.S. López, se supuso que los genoveses habían jugado un papel fundamental en la llegada de las merinas a la Península Ibérica. Si bien, estas hipótesis, hoy por hoy, aún constituye una incógnita a través de que vías se introdujo esta raza de ovejas en tierras peninsulares. Si parece probado que la creación de la Mesta fue anterior e independiente de la presencia de la merina en Castilla.
Por el contrario las "ovejas churras" son la antigua especie indígena íbera, que daba la lana rojiza turdetana, conocida por los romanos. El churro era de vasto y escaso vellón, sobrevivió en los rebaños estantes, y fue objeto de desdén por los trashumantes.
El contingente trashumante siempre fue una fracción relativamente modesta en el conjunto de la cabaña lanar castellana, así tenemos que en el siglo XVIII se contaba con unos 19 millones de cabezas lanares, de las que tan solo eran trashumantes poco mas de 3 millones. El objetivo principal no era la explotación de la carne o la leche, sino la lana, que era la fibra textil mas empleada.
LA ORGANIZACIÓN INTERNA DE LA MESTA. LAS ASAMBLEAS
Julio Valdeón, seguramente basándose en Klein, escribe que la Mesta estaba formada por los llamados "hermanos de la mesta". Se denominaba a sí a todos los ganaderos que cotizaban a la institución, independientemente del número de cabezas lanar que tuvieran. El conjunto de los ganados de los asociados a la Mesta era la "cabaña real". Dada la magnitud de aquella, se hizo necesario dividirla en "cuadrillas", de acuerdo con los principales distritos ganaderos (leones, segoviano, soriano y coquense).
En 1273, Alfonso X el Sabio reunió a todos los pastores de Castilla, en una asociación nacional y les dio una carta de privilegio designándoles con el nombre de «Honrado Concejo de la Mesta de Pastores». Cuando la Mesta nacional adquirió fuerza hizo valer sus derechos, nombrando funcionarios. Al frente de la institución estaba el "alcalde de Mesta o alcalde mayor entregador", mas tarde los Reyes Católicos crean el cargo de presidente de mesta asignando a este puesto el miembro más antiguo del Consejo de Castilla. En un segundo escalón estaban los "alcaldes de corral", con autoridad para la imposición de multas a los que violaran los privilegios de la asociación de ganaderos y los "alcaldes de cuadrilla", con autoridad para hacer cumplir las leyes sobre la marca o hierro, castigando toda suplantación para facilitar la vida del ganado mesteño y la resolución de los pleitos entre cabañas. Para apelar contra las sentencias de estos alcaldes existía el llamado alcalde de alzada. No se acababa aquí la nómina de los oficiales de la Mesta. Hay que citar a los procuradores (cobraban las tasas de paso en los puertos, etc.), los contadores y receptores. Al guardián de los animales extraviados se le llamaba "reusero".
Mucho antes, en el transcurso de la historia pastoril de Castilla, durante la primera parte de la Edad Media, surgió la costumbre de reunir asambleas de pastores y propietarios en diversas localidades. Estas reuniones tenían lugar dos o tres veces al año -en invierno tenían lugar en una de las ciudades del sur (Villanueva de la Serena, Don Benito, etc., en tanto que la otra se celebraba en una ciudad al norte del sistema central, en otoño, Ayllón, Sepúlveda, Segovia etc.). La ciudad más importante que destaco en las celebraciones de dichas asambleas fue Soria, cuyos pastores fueron los promotores de la creación de la Mesta nacional. Estas asambleas, en Navarra, se llamaban "meztas" y en Aragón "ligallos" o "ligajos". Como alternativa a la Mesta, en 1270 se creó en el Reino de Valencia el Tribunal del Lligalló o Junta de Pastores. La forma castellana mesta no fue adoptada hasta casi finalizado el siglo XVIII. En otras ocasiones se las denomina con el nombre de "rahala" o "rafala".
ORGANIZACIÓN INTERNA DE LA MESTA
PRESIDENTE
ADMINISTRACIÓN INTERNA
Procurador General
Fiscal General
Tesorero y Contables
Secretarios
Apartador
Aposentador
Alguaciles
Oficial
Archivero
Relator
Escribanos
Pajes
Procuradores de puertos
Procuradores de dehesas
ADMINISTRACIÓN JUSTICIA
Alcaldes Mayores Entregadores
Procuradores de Cortes o Chancillerías
Alcaldes de Apelación
Alcaldes de Alzadas
Alcaldes de Cuadrilla o Alcaldes de Mesta
JUNTAS GENERALES
HERMANOS DE LA MESTA
Cuadrillas de Partidos
Cuadrillas Eclesiásticas
Tierras Llanas
Ganaderos
En ellas el derecho a voto se limitaba a los propietarios de cincuenta o más ovejas, teniendo los mismos derecho las mujeres que los varones. Las ordenanzas de la Mesta establecían que las decisiones se adoptaban por mayoría de votos en las juntas de primavera y otoño. El derecho a elegir representante de cuadrilla no estaba condicionado al número de cabezas de ganado poseídas, en tanto que para ser candidato se exigía poseer una cantidad de ganado trashumante como mínimo. No existía distinción entre el ganado trashumante y el estante. Estas asambleas o concejos se llamaron «mestas», probablemente porque las ovejas desmandadas y de las que había que disponer, se hallaban mezcladas con el ganado extraño. Otras derivaciones del nombre insisten en que la palabra mesta alude a la amistad entre pastores. También podría dar origen al nombre de mesta la palabra "mechta", empleada por los nómadas de Argelia para indicar los campamentos invernales de ganado. En otras ocasiones se designaba con este nombre a las reses descarriadas, aunque la denominación mas corriente de estos animales sin dueño era de "mesteños o mostrencos". Los asuntos tratados en las asambleas comprendían todas las materias pertinentes a la industria pastoril.
LAS CAÑADAS TRASHUMANTES
Las cañadas son los caminos destinados al transito del ganado. En casi todos los países donde existe esta forma errante, casi nómada, de explotación ganadera, hallamos estos caminos. En los reinos de españoles se conocieron bajo diversos nombres: "cabañeras", en Aragón; las "carreradas" en Cataluña, los "azadores reales"> en Valencia y "cañadas" en Castilla. En realidad, estas cañadas no eran más que el trozo de camino lindante con tierras cultivadas, pues el camino que cruzaba por terreno libre no se acotaba, ni se designaba de modo especial. Sin embargo, el uso popular denominó cañada a cualquiera de los caminos tomados por las ovejas al emigrar desde las sierras a los extremos. En un sentido estrictamente legal, la cañada era el paso entre zonas cultivadas. Hay autores, J. Valdeón, que afirman que la "red de cañadas no se basaba en rutas preromanas, ni visigóticas, ni musulmanas. Su génesis por el contrario hay que buscarla en el avance cristiano hacia la meseta meridional."La anchura de la cañada se limitaba, cuando cruzaba tierras de cultivo, a "seis sogas de 45 palmos o sea unas noventa varas" castellanas (una vara = 835 mm y 9 décimas). Estas eran las cañadas reales. Existían también ramificaciones y enlaces de menor importancia, llamados cordeles y veredas, en el siglo XVIII median respectivamente, la mitad y la cuarta parte de la anchura de las cañadas reales. Pero no había límite alguno cuando pasaba por baldíos o montes comunales, "..en la vecindad de los campos abiertos, fuesen pastos o campos arables, las cañadas tenían especificada la anchura de unos doscientos cincuenta pies"(Klein). Los Reyes católicos demostraron una especial solicitud en la protección de las cañadas. En 1489 emitieron una serie de disposiciones ampliando las penalidades para los intrusos de las cañadas, prohibiendo cuantos entorpecimientos pudieran ponerse al paso de los ganados entre las tierras cultivadas. Y desde sus primeras actuaciones, la principal función de los entregadores de la Mesta, fue la de mantener la vigilancia en la obsevancia de esa anchura y evitar la proliferación de los cercados e invasiones de los caminos trashumantes. Es conocida la disputa constante que por esta causa mantenian con los concejos que poseian "dehesas boyales". "En los primitivos fueros de Extremadura, la Mancha o Andalucía, se protegía especialmente a los bueyes, con dehesas especiales ,llamadas boyales o dehesas para el ganado de labor, en los que se resguardaban cuidadosamente los pastos a toda invasión por parte de los rebaños trashumantes" (Klein).
Diversos autores (Klein, Dantín Cereceda, Aitken) se han ocupado de la cartografía de las rutas ganaderas pero aún es este un campo en el que la investigación puede aportar novedades. El gráfico de la página web esta incluido en "La Mesta, Cuadernos de Historia16 -Ver nota bibliográfica-, sin duda inspirado en el del libro de Klein).
LA ORGANIZACIÓN DEL REBAÑO
La preparación de los rebaños en las sierras para marchar a los extremos (agostaderos invernales) empezaba a mediados de septiembre. El rebaño de reses lanares, los caballos, vacas, cerdos y la impedimenta, reunidos en grupos, de un propietario, se llamaba una "cabaña" -casi en su totalidad, los rebaños, estaban formados por ovejas, carneros y corderos de raza merina, aunque también incluían partidas de ganado vacuno, caprino y de cerda-. Cada cabaña estaba, bajo el mando de un "mayoral", dividida en rebaños de unas mil cabezas cada uno. Los rebaños más pequeños se denominaban "hatos", "manadas" o "pastorías". El rebaño comprendía además, cincuenta "moruecos" y veinticinco "encencerados" que estaban a cargo de 5 pastores: un "rabadán", jefe y responsable del rebaño ante el mayoral; "un compañero o segundo", un "sobrado o tercero", un "ayudador o cuarto", un "zagal" y cinco mastines. Los perros eran cuidados con especial esmero, asignándoseles la misma cantidad de comida que a los pastores. Todo daño inferido a los perros se multaba con una pena de cinco ovejas en adelante. La posesión de un mastín extraviado era ilegal, sin previa autorización de la Mesta.Los rebaños iban acompañados por varias "acémilas" de carga, de las que se ocupaba el zagal, que llevaban los "avíos", el "hato o excusa" (es el ganado propiedad de los pastores que se beneficiaba al estar exento del pago de rentas por apacentar) , redes largas que servían para encerrar dentro de ellas, en redil, a las ovejas por la noche, y además botas de cuero, primitivos utensilios de cocina, alimentos para pastores y mastines; el "cundido" -pimientos, ajos, sebo , aceite y lo necesario para condimentar la pitanza-, sal para el ganado, las pellejas de los animales muertos en ruta, etc. El avío solía consistir en pan, tocino y sal pues lo demás lo proporcionaba el ganado
Cuando los rebaños emprendían la marcha, iban encabezados por los "moruecos" y las ovejas parideras. Al pasar por los caminos andaban los rebaños de veintiocho a treinta tres Km diario -de cuatro a seis leguas al día-; pero en campo abierto la marcha no pasaba de los 11 km., porque iban comiendo. La partida comenzaba a mediados de abril y unas veces se esquilaban los rebaños en la mitad del recorrido o al llegar a los agostaderos. Al llegar a los pastos, de verano o invierno, la primera ocupación consistía en la reparación de los chozos que iban a servir de refugio a los pastores. Esas edificaciones eran de techumbre de ramas y en forma cónica, y se ubicaban en zonas denominadas "majadas", lugares donde se concentraba al ganado para pasar la noche. La red de vías pecuarias se completaba con abrevaderos (pilones, arroyos o remansos de ríos donde el ganado bebía), descansaderos (destinados al reposo de animales y pastores) y majadas, chozas y apriscos (para pasar la noche, los pastores con cobijo y el ganado recogido). El mayoral, en cambio, se establecía en la localidad más próxima y se ocupaba de recoger el pan para los pastores y atender los trámites legales.
La vida en las majadas, en días de verano, se empleaba en un constante ir y venir recorriendo cumbres y laderas observando al ganado que en horas de más calor sesteaba acarrado a la sombra de piornos y cambrones. Otras labores consistían en la elaboración del queso; labrar colodras de cuerno, buscar raices de genciana..... Las noches transcurrían alrededor de la hoguera, a la luz de candiles de aceite y con la única comodidad de un tosco camastro mullido de retamas y pieles.
Se esquilaba en edificaciones llamadas "ranchos", y antes se encerraba al rebaño, en un recinto o cobertizo estrecho para que las ovejas estuviesen apretadas y sudasen, ya que esto favorecía el esquileo. Algunas dependencias, de estos ranchos, tenían su propia denominación, así encontramos el "bache o sudadero", que era el recinto donde se las hacia sudar para facilitar el esquileo, "lonjas" almacén donde se apilaban los vellones, "peguera" lugar dónde se marcaban las reses esquiladas, "refertorio" dónde comían los esquiladores, "el dormitorio" y la panadería y el "oratorio" para escuchar misa. Algunos importantes ranchos contaban con un personal especifico. A parte de los esquiladores, entre 100 y 300, según la importancia del rancho, estaba el "factor" con la misión de controlar todas las operaciones de esquileo y otras personas como los «recibidores o aportadores, velloneros, apiladores, ligadores, moreneros, echavinos y pelambreros». Los esquiladores trabajaban en cuadrillas de ciento veinticinco hombres. Cada una de ellas podía despachar al día un rebaño de mil ovejas. La lana que no se vendía en sucio se lavaba en los lavaderos, llevándola después a las lonjas o laneras; la más grande era la de Segovia.
LOS PRIVILEGIOS DE LA MESTA
Son los Reyes Católicos los que completan el edificio juríco-intitucional de la Mesta partiendo de los privilegios concedidos por Alfonso X en 1273. Dichos privilegios se encuentran recogidos en la Recopilación de Leyes de Mesta de 1492, obra del legislador Malpartida; en la otra Recopilación de 1511 realizada por Juan López de Palacios Rubios, miembro del consejo Real y presidente de la Mesta y en el Quaderno de la Mesta, de 1731, último código mesteño -relaciona nada menos que sesenta y cuatro privilegios-.A la vista de estos escritos, Angel García Sanz, clasifica los privilegios de la Mesta en tres grandes grupos:
-Los relativos a la organización interna, -reglamento de las juntas de primavera y otoño, elección de cargos, etcétera-.
-Los relacionados con el libre tránsito de los rebaños trashumantes por las cañadas y términos de los pueblos -defensa de la integridad de las famosas vías pecuarias, exención del pago de gravámenes de paso, reglamentación del cobro del servicio y montazgo, etcétera-.-Los tocantes al disfrute de los pastizales,-los privilegios de posesión y tasa, el recurso al fuimiento, la prohibición de roturaciones y cotos, etcétera.
Los privilegios relativos a la organización interna se otorgaron con anterioridad a los Reyes Católicos, aunque estos y sus sucesores, los confirmaron y ampliaron. Responden a la necesidad de crear una institución para la defensa de sus intereses y defender su libertad de movimiento de los rebaños por las cañadas.
Sin embargo, es conveniente precisar, que los privilegios de paso no facultaban a los rebaños trashumantes a invadir con impunidad los términos municipales de los pueblos por dónde discurrían las cañadas: si bien podían pacer de paso en baldíos y comunales, tenían prohibida la entrada en las cinco «cosas vedadas», esto es, "los panes, las viñas, huertas, dehesas y prados de guadaña". A pesar de los privilegios de los trashumantes en el uso de las cañadas, pastos y terrenos, que el Fuero Juzgo de los visigodos les reconocia en el acceso, sin restricciones, a las tierras abiertas, perteneciesen o no a la Corona, a los concejos o a las de los particulares, no se les permitía la estancia en aquellos mas de uno o dos días, y tenián prohibido que sus rebaños traspasaran las lindes de los "cercados" conocidos con el nombre de las «cinco cosas vedadas». Estas zonas se reservaban para el uso del ganado estante de las poblaciones. La Mesta y sus pastores tuvieron, en general, un respeto cumplido hacia ese tipo de cercados que se limitaban mediante la colocación de mojones.El principal de todos los privilegios de pasto era el de posesión otorgado, al parecer, en 1501. Consistía en que el propietario de una dehesa o zona de pasto no podía desahuciar, desposeer, a un ganadero mesteño que hubiera arrendado dicha dehesa o pastizal. El "posesionero", ganadero arrendatario, solo perdía el derecho sobre los pastos sino pagaba la renta estipulada, si se moría el ganado introducido o si el dueño del pastizal decidía aprovechar las hierbas con ganados propios. Cuando el dueño de las hierbas desahuciaba a un ganadero posesionero, los hermanos de la Mesta chantajeaban al propietario abandonando los pastizales que le tuvieran arrendados, en virtud del privilegio de fuimiento. Por lo demás, ningún miembro de la Mesta podía postular a pastos que ya disfrutaran los ganados de otro hermano de la Mesta
viernes, 6 de abril de 2007
LA TRASHUMANCIA
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